Por qué hacer una Planificación de Patrimonio Familiar

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Para hablar de una planificación de patrimonio familiar primero tenemos que hablar de la familia. Y quizás no exista una relación más compleja que la relación entre familiares. En cuestión de minutos un ambiente de paz y armonía se transforma en caos y desesperación y así lo es en varios momentos y en distintas etapas y generaciones.

Esto pasa porque las relaciones familiares están formadas por relaciones personales y patrimoniales y no somos, en la mayoría de las veces, lo suficientemente conscientes de esa realidad al punto de planificar de manera racional la correcta división de dichas relaciones. 

Un pequeño gesto racional que uno toma en el momento presente puede significar el mantenimiento de la paz y la armonía por varias generaciones y representar un amor inconmensurable a través de los tiempos para cada miembro de la familia.  

Planear una boda es algo espléndido. Los detalles, los colores, el vestido, la elección de la iglesia o la sinagoga, pero, ¿estamos considerando el impacto futuro de esta decisión en la vida de los futuros esposos? ¿Estamos evaluando el efecto de ese matrimonio en relación a sus familias?

Los románticos que me perdonen, pero un matrimonio es en su esencia nada más que un contrato y como tal va generar sus consecuencias y alguien tiene que pensar en eso. Tenemos que definir régimenes de bienes, tenemos que pensar en los buenos y en los malos momentos, tenemos que intentar hacer un ejercicio de escenarios y abarcar el máximo de ellos. ¡¡Pues, que fría y materialista suenas hablando así!! NO, por el contrario, donde se crean las reglas claras no hay espacio para dudas y discusiones, donde no hay suelo fértil la semilla de la discordia no crece.

Todos sabemos que lo único seguro que tenemos en esta vida es que no vamos salir de ella con vida, entonces, ¿por qué no planificarla para vivirla bien y de la mejor manera posible?

Y que nuestro legajo trascienda las distintas generaciones y que nuestros hijos, nietos y bisnietos sepan todo lo que fuimos y lo que hicimos.

Cuando nos vamos de viaje lo planificamos, elegimos los vuelos, hoteles, paseos, miramos restaurantes, hacemos de todo para que el viaje sea perfecto, en cada una de sus etapas, no importa el destino ni cuántos seamos. Queremos saber que vamos estar bien y disfrutando. ¡Nuestra vida es el mejor y mayor viaje que tenemos, así que planifiquémoslo! Porque quien planifica está protegiendo, está cuidando y es así que uno disfruta más tranquilo.